miércoles, 21 de abril de 2004

AGRICULTURA INTEGRADA

“Agricultura Integrada”

Por todos son conocidas, aunque sólo sea de oídas, las pésimas condiciones del trabajador del campo. No sólo por el durísimo trabajo, no sólo por el mísero sueldo, no sólo por la falta de reconocimiento, no sólo por mil y una razones diferentes que podríamos enumerar, sino también por la falta de sentido común de esta sociedad que se limita a vivir en una efímera burbuja. Nuestra sociedad evoluciona hacia un falso estado de bienestar, creemos que el desarrollo tecnológico nos conducirá hacía un mundo feliz e idealizado. Pero este utópico sueño nunca podrá convertirse en realidad si los pilares sobre los que se asienta este desarrollo son la injusticia y la hipocresía. Nuestro sistema se basa en una injusticia no sólo porque partimos de una base equivocada en la que el 20% de los habitantes del planeta consumimos el 80% de los recursos, injusto también porque dentro de esta turbia sociedad basamos el desarrollo de nuestra economía en la explotación de los agricultores y ganaderos de este país (no nos importa pagar 120 euros por unas zapatillas que se fabrican en media hora, pero nos hierve la sangre si nos cobran más de un euro por un kilo de tomates). Hipócrita porque nos autoengañamos, pensando que deberíamos tener sueldos más altos como en el resto de “Europa”, pero queremos seguir pagando a precios irrisorios los productos del campo. Hipócrita porque todos sabemos que si los productos elementales tienen unos precios tan bajos , es porque explotamos tanto a ganaderos como a agricultores, y a pesar de todo fingimos que toda va bien.
Esta claro que el estado actual de la agricultura tiene que dar un giro en su rumbo y virar hacia una agricultura integrada, en la que los pequeños agricultores se integren en cooperativas, donde se conviertan en gestores del medio, llevando ellos mismos junto con peritos e ingenieros las riendas de una nueva agricultura, en la que se respete no sólo al medio sino también al trabajador y al consumidor. La agricultura integrada es mucho más que una apuesta por un tipo de agricultura en la que se busca una mayor calidad de los productos y una mayor protección del medio; es un excelente primer paso hacia una utopía no tan utópica. Porque en este tipo de agricultura además del medio y del consumidor se tiene e cuenta al agricultor. Se buscan unas condiciones justas para los trabajadores, unas condiciones dignas y seguras, unos sueldos justos, un reconocimiento, en definitiva, un esfuerzo por parte de todos. Y esto significa que todos debemos concienciarnos de verdad, y empezar por estar dispuestos a pagar unos céntimos más por los productos procedentes de la agricultura integrada, es más, no sólo debemos estar dispuestos a pagar unos céntimos más , sino que debemos exigir que nuestros productos vengan de este tipo de agricultura, y que se base sólo en una mayor calidad de los productos, sino también una mayor calidad para el trabajador.
Porque esta es la base para pasar de una agricultura del siglo XIX a una agricultura del siglo XXI, y es un excelente inicio hacia una revolución social que nos encauce hacia un verdadero mundo feliz.

21/04/2004

jueves, 15 de abril de 2004

ENVASES DE PLAGUICIDAS

“Envases de plaguicidas”

Afortunadamente nuestra sociedad poco a poco se va comprometiendo cada día un poco más con los problemas medioambientales, y aunque sea a un paso muy lento, de vez en cuando salen normativas encaminadas en este sentido. Desde hace algún tiempo existe una normativa vigente en relación al tratamiento de los envases de plaguicidas. Según la cual una vez utilizados los envases vacíos se consideran residuos peligrosos y como tal no pueden ser abandonados en el medio, ni quemados, ni depositados en los contenedores de los residuos urbanos; sino que deben ser depositados en unos contenedores especiales habilitados para tal efecto. Hasta aquí la teoría, que como siempre suena muy linda, pero en la practica no existe ni un solo contenedor habilitado para tal efecto en la Comunidad Andaluza. Los agricultores como siempre son los grandes afectados. Puesto que el SEPRONA actualmente esta sancionando a todo aquel agricultor que abandona estos envases. ¿Qué pretenden que hagan con ellos? Porque, esta claro, que no se los pueden comer.

Aunque profundizando un poco en el tema descubrimos que al final los culpables son siempre los mismos. Cuando e impuso esta normativa se estableció que las grandes casas comerciales que venden y distribuyen estos productos serían las encargadas de recoger lo envases utilizados (de una forma similar a como se hace con las bombonas de butano, o con los botellines de cerveza). En los mismos puntos de venta deberían existir unos contenedores para depositar los envases utilizados. Pero, las casas comerciales determinaron que esto no les resultaba rentable, y decidieron no recoger los envases utilizados. Y como cabría esperar, en lugar de sancionar a las grandes empresas que no cumplen con lo acordado, se sanciona a lo pequeños agricultores. Hasta el momento la administración competente aún no se ha dignado a dirigirse a los agricultores para proponer una solución. La única notificación que reciben estos son las sanciones por no haber aprendido todavía a “comerse estos residuos contaminados.

15/04/2004

miércoles, 14 de abril de 2004

ANIVERSARIO II REPÚBLICA

“14 de Abril”

Bonita fecha, para el que alguna vez haya llegado a comprender lo que significa. Cada día estoy más convencido de que son pocos los que realmente comprenden o llegaron a comprender el significado de lo que pudo parecer una ilusa utopía. Muchos la odiaron de manera equivocada, otros equivocados crearon odio por actuar según sus principios y no bajo los de la utopía. Porque por más vueltas que le doy no se le puede llamar de otra forma a un sistema que por primera vez dio trabajo al rico y carne al pobre; o lo que es lo mismo, convirtió a todos los hombres en hombres. Pero como suele pasar siempre, el ser humano no sabe utilizar la cabeza más que para darse de cabezazos, y algunos metieron la pata autodenominándose rojos, cuando parecían daltónicos al hacer oídos sordos al utópico sistema establecido. Y esa fue la excusa perfecta para que los de siempre engañasen, como bien saben hacer, y desprestigiasen el sistema, hasta que acabaron masacrando la utopía y cualquier vestigio de aquellos lindos años.
Es muy triste que todavía hoy, en abril del año 2.004, los supervivientes de aquella época hablen en voz baja, y miren hacia los lados antes de pronunciar la palabra “República”. Porque yo entiendo que en cuarenta años de franquismo les hallan obligado a creer que estaba prohibido expresar sus sentimientos, pero no comprendo como en veinticinco años de democracia no hemos sido capaces de demostrarles que la verdad estaba de su lado.

14/04/2004

sábado, 10 de abril de 2004

REGIMEN ESPECIAL AGRARIO

“Régimen especial agrario”

Curioso nombre para una triste injusticia. Me cuesta mucho poder entender la facilidad con la que giramos la vista a un lado, para no ver crueles injusticias sociales que aun perduran desde siglos pasados. Triste porque todas las injusticias son tristes, pero además porque afecta a un sector de la población duramente castigado a lo largo de la historia de este país (sobre todo en los últimos “ocho” años). Injusto para los agricultores y jornaleros, no solo por los míseros sueldos que tradicional viene percibiendo, sino también por la dureza de un trabajo, que no podemos explicar con palabras.
Pongamos un curioso ejemplo para ilustrar el funcionamiento de este peculiar régimen especial agrario; un trabajador, que por determinados motivos ha cotizado a la seguridad social, pongamos un tiempo mínimo de quince años a lo largo de su vida, recibirá al jubilarse la pensión mínima establecida, en torno a las sesenta y cinco mil pesetas (una miseria, teniendo en cuenta el ritmo de vida que llevamos); aunque irónicamente un trabajador del campo que haya estado cotizado a la seguridad social durante unos cuarenta años, percibirá una jubilación después de “40” duros años de trabajo que rondará las setenta mil pesetas, es decir, prácticamente la pensión mínima. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Evidentemente es Andalucía una comunidad donde este régimen agrario tiene una especial incidencia. Puesto que vivimos en una tierra de trabajadores del campo. Personas que no se jubilan porque lleguen a la edad estimada para ello, sino porque su cuerpo no da más de si. Matados a trabajar durante toda una vida, para ser recompensados con una ridícula pensión que apenas puede ocultar su parentesco con el mínimo establecido. Y por si fuera poco, irónicamente a los andaluces(refiriéndose a los jornaleros y trabajadores del campo) nos dan fama de ser los más vagos. Me gustaría ver a esos que tienen tanta facilidad para criticar a los demás, trabajando de sol a sol, me gustaría ver la cara que se les quedan cuando a fin de mes reciban el mísero sueldo que se recibe trabajando en el campo, pero sobre todo me encantaría ver su cara el día que, después de 40 años matándose a trabajar en el campo, reciban el pago de su “especial “ jubilación.

Córdoba 10/04/2004

El País 12/04/2004