“Dando ejemplo”.
Realmente no puedo creerlo “suspendido cinco días de sueldo y trabajo”. Esa es la ridícula sanción que recibirá el policía nacional que el pasado 21 de marzo del 2.003 golpeó brutalmente en la cabeza una muchacha cuyo único delito fue pedir ayuda para una compañera que se encontraba herida en el suelo. El policía se acerco decidido a ella y sin ningún tipo de piedad, con una frialdad difícil de imaginar, levanto la porra y le acepto tal golpe en la cabeza que la muchacha cayó en el acto. Aún se me ponen los bellos de punta cada vez que esa macabra imagen pasa por mi mente.
¿Qué delito cometió aquella muchacha? Pedir ayuda para una compañera que se encontraba herida. Aunque el verdadero problema no es el delito que pudo cometer aquella muchacha. El verdadero problema no sólo es la brutal forma de represión utilizada por el agente, sino la ridícula sanción que recibirá por aquella innombrable forma de actuar. Con esta ridícula sanción los señores gobernantes nos recuerdan su empeño en instaurar un sistema de represión, propio de una de las páginas más crueles y sangrientas de la historia de este país, una negra hoja en nuestra historia con la que parece se sienten muy identificados.
No podemos seguir manteniendo en el poder a un grupo de personas que toleran este tipo de actuaciones. Porque no se puede maltratar de esa forma a una muchacha que pide ayuda para una compañera, aunque ambas se encuentren en una manifestación contra la guerra. Porque realmente ese fue el único “delito” que cometieron. Porque un gobierno no puede actuar de esa forma contra aquellas personas que , simplemente, expresan su opinión, ni puede tachar de radical a todo aquel que piensa de una forma diferente; porque actuando de esa forma lo único que consiguen es hacer desaparecer todos aquellos derechos y libertades que diferencian una democracia de una dictadura.
ABC 14/01/2004
miércoles, 14 de enero de 2004
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