viernes, 11 de noviembre de 2011

HISTORIA DEL SAHARA OCCIDENTAL

Para escuchar la historia del Sahara Occidental, lo mejor sería hacerlo al estilo Saharaui, sentarnos tranquilamente en nuestra jaima, en el suelo apoyados en unos cojines y sobre la alfombra, una vez cómodos, alguien encenderá un poco de carbón para preparar el té. El es una de las costumbre más arraigadas de las saharauis, y todas las conversaciones, ya sean asuntos de estado o asuntos más triviales y cotidianos, giran en torno al té. El té puede durar horas, y según la tradición saharaui se toman tres tes, el primero amargo como la vida, el segundo dulce como el amor, y el tercero suave como la muerte. Y a raíz del té vamos a adentrarnos en la historia del pueblo Saharaui.

“El primer té es amargo como la vida”. La historia del pueblo saharaui, como bien nos hace intuir este primer té, es una historia amarga, pues aunque es la historia de un pueblo nómada, libre, es también la historia de luchas, de adaptación al desierto, de colonización por potencias extranjeras, de una ocupación militar por un país vecino y una guerra (tal vez el peor de todos los males).

Si nos adentramos un poco en la historia de este pueblo, las pinturas rupestres del Valle de la cordillera de Lemgasem testimonian que las tierras del Sahara Occidental eran fértiles llanuras donde pastaban búfalos, jirafas, gacelas, avestruces, etc. Las primeras nómadas entraron en el Sahara hace más de 2000 años, cuando el Sahara ya era una tierra árida, eran pastoras de lengua bereber el pueblo de las Sanhaja. Durante siglos se enfrentaron a otros pueblos por el control de las rutas del desierto. Y estas luchas de poder hicieron que se desplazaran hasta esta inhóspita región. Algo fundamental fue la incorporación del camello (Dromedario) a su ganado. Primero como medio de transporte y después como medio de vida, pues le daba leche, carne, transporte y abrigo con el que hacer sus jaimas.A principios del siglo XIII el pueblo árabe beduino de las Beni Hasan procedentes del Yemen se establecen en el Sahara, mezclándose durante siglos con la población Sanhaja, y con la población afro-negra originaria de esta zona.

Los saharauis se organizan en tribus y confederaciones de tribus. Entre los siglos XIII y hasta finales del XIX se desplazaron por el desierto por rutas regulares de norte a sur. Las condiciones del desierto son extremas para la vida humana, la cual no hubiese sido posible sin la simbiosis creada entre personas y ganado. El pueblo saharaui siempre ha estado mirando al cielo, unas veces para buscar las viejas rutas guardadas entre las estrellas para atravesar el desierto, otras para anticiparse a la llegada del Irifi (Siroco), o simplemente leyendo las nubes. Las rastreaban, las estudiaban y llegado el momento oportuno mandaban a dos personas montadas a camellos a explorar el lugar donde intuían que las nubes habían dejado su preciada carga. Cuando encontraban el lugar, si la lluvia había sido suficiente generosa, una de ellas se quedaba custodiando el lugar, y la otra se dirigía de nuevo de regreso donde estaba su tribu, para dar la señal de levantar todo el campamento. Se recogía todo, y el grupo ponía rumbo hasta ese lugar, a veces tardaban días. Las lluvias hacían crecer pasto para el ganado e incluso podían dejar agua estancada. Y por este nomadeo de un lugar a otro siguiendo donde las nubes dejaban su preciado tesoro, al pueblo saharaui se le conoce como “Las Hijas de las Nubes”.

A partir del siglo XV Europa empieza la era colonial en África. El objetivo de estas expediciones era hacerse con el control del comercio del oro y de la sal. La intención de las expediciones españolas era asegurar la costa saharaui situada frente a las Islas Canarias. Tras la conferencia de Berlín ( ) el Sahara Occidental quedo como una colonia española. Después de la entrada de España en la Organización de Naciones Unidas (ONU), en lugar de permitir la independencia del Sahara Occidental, como estaba pasando con los países vecinos (Marruecos, Argelia, Mauritania, etc.) España optó por hacer al Sahara Occidental como la provincia número 53. Esta situación se mantuvo así hasta los últimos días de la dictadura franquista, donde ante la invasión del Sahara Occidental (aun una provincia española) por Marruecos mediante la autodenominada “Marcha Verde”, España abandonó el Sahara Occidental. Firmando para ello los Acuerdos Tripartitos de Madrid el 14 de noviembre de 1975, por los que entregaba el territorio saharaui a Marruecos y Mauritania.

Empezó, entonces, una guerra entre las saharauis por un lado, y Marruecos y Mauritania por otro. Con la invasión de su territorio la población saharaui tuvo que exiliarse en el desierto argelino, construyendo con dignidad y sangre los Campamentos de Refugiadas Saharauis. Mauritania se retiró de la contienda en 1979, y con el auspicio de Naciones Unidas y la Organización para la Unión Africana, el Sahara Oc. y Marruecos firmaron los Acuerdos de Paz en 1991. Uno de los puntos claves de este acuerdo era celebrar un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui en enero de 1992. Por las trabas de Marruecos por un lado, y la pasividad de la comunidad internacional por otro, las saharauis siguen esperando la celebración de ese referéndum.

El segundo té dulce como el amor. Para el pueblo saharaui, la parte más dulce de su historia sería la situación jurídica internacional, puesto que el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, todas las Resoluciones de Naciones Unidas y de la Unión África, reconocen el derecho del pueblo saharaui a celebrar un referéndum de autodeterminación donde decidir libremente su futuro.

El tercer té suave como la muerte. Ahora para el pueblo saharaui es el momento de regresar a su país, las hijas de las nubes estuvieron demasiados años varadas en el desierto, toca recoger las jaimas y regresar a sus pastos y a sus valles. Los tiempos cambiaron y las formas de lucha también, atrás quedaron guerras, ahora toca una parte más suave de la historia, (suave como el último té), que es la lucha cívica y pacífica para conseguir regresar a su tierra. Sobre esta lucha son las noticias que todas hemos seguido por los medios de información, como la huelga de hambre de Aminetu Haidar, o el Campamento por la Dignidad (Gdeim Izik) que levantaron en la ciudad del Aaiún (en octubre de 2010), una protesta pacifica que sirvió de precedente para la revoluciones de todo el mundo árabe, que han denominado la “primavera árabe”, y que después se extendió a nuestro país con el nombre de “15M”. El origen de todo este ímpetu puede ser el inconformismo de un pueblo que un día se negó a sucumbir en el desierto y decidió que las cosas se pueden cambiar. Ante todo pronóstico de sobrevivir ante condiciones más extremas, hace 20 siglos las primeras nómadas consiguieron habitar los desiertos, como muestra de que cuando se quiere, se puede.

Después de tomarnos el té en compañía del pueblo saharaui, seguro que todas hemos aprendido algo de su historia, que a la vez es nuestra historia. No debemos preocuparnos si al mirar el reloj nos damos cuenta de que se nos ha hecho un poco tarde, pues como siempre dicen las saharauis “ustedes tienen los relojes pero nosotras tenemos el tiempo”.

http://www.cadenaser.com/cultura/articulo/ser-historia-historia-sahara-occidental/serprohis/20111110csrcsrcul_11/Tes


martes, 23 de agosto de 2011

SAHARA OCCIDENTAL: HISTORIAS DE CÁRCELES, ASESINATOS Y EXPULSIONES.

La denominada "Primavera árabe" tuvo su inicio en los Territorios ocupados del Sahara Occidental, en el Campamento Geim Izik en octubre de 2010, sin embargo la dura represión de la ocupación militar marroquí sigue silenciando esta lucha diaria del pueblo saharaui, dentro y fuera de sus fronteras.

Setenta y cuatro presos políticos saharauis permanecen secuestrados en las cárceles que la dictadura alauita tiene en Marruecos y los Territorios ocupados del Sahara Occidental. La mayoría de ellos son jóvenes y cumplen condenas de 4, 5,10, 15 y 20 años; o en otros casos siguen a la espera de lo que Marruecos llama un “juicio” pero que no cumplen las garantías jurídico procesales necesarias. El delito común cometido por todos ellos es ser saharaui y expresarlo libremente, sin miedo y a sabiendas de las repercusiones que esta lucha pacífica por sus derechos conlleva. Sin embargo a quien no respeta los derechos humanos del pueblo saharaui, no cumple la legalidad internacional, ni las reiteradas resoluciones de Naciones Unidas, para ellos no hay juicios ni cárceles, sino que se les hace socios preferentes de la Unión Europea mediante un estatuto avanzado, sin ni siquiera cuestionarles. A cambio, eso si, de compartir el expolio de los recursos naturales del Sahara Occidental. Parecería el mundo al revés, sino fuese porque el mundo nunca llego a funcionar de forma diferente.

Peor suerte corrió Said Dambar, saharaui de 27 años (que casualidad, otro joven más), que el pasado 21 de diciembre fue asesinado por la policía marroquí de dos disparos a quemarropa en la cabeza. Hace unas semanas su padre murió de pena, pues las balas no sólo matan a quien impactan, se dirigen a todo un pueblo aunque en su camino suelen encontrarse con jóvenes sin miedo. Su cuerpo aun sigue secuestrado por las autoridades marroquíes sin que haya sido devuelto a la familia. Se están tomando su tiempo en hacerlo, será para hacer un buen informe sobre el asesinato, de esos que se les pide con frecuencia a la dictadura alauita y que nunca son entregados.

Pero evidentemente estas cosas sólo pasan en regiones con regimenes como el que existen en Marruecos que cuentan con la complicidad de la Unión Europea. Si alguien lo duda que le pregunte a José Morales Brum. Que participaba en una manifestación pro-saharaui en Arrecife de Lanzarote el pasado 22 de julio, cuando fue increpado por una persona que saco una pistola en presencia de numerosos testigos, diciendo que era policía, para requisarle la cámara de fotos. Por suerte para José, se encontraba en el Estado Español, y nuestro gobierno ha abierto una investigación contra ese individuo que sacó una pistola para requisarle una cámara a una persona que hacía fotos. Perdón me equivoque, pues eso sería en el mundo al revés, aquí se le ha abierto un expediente de expulsión por ser ciudadano extranjero (José Morales es uruguayo, aunque lleva 10 años viviendo en España) que se fundamenta en el “riesgo de la seguridad nacional y de las relaciones con otro estado (se refiere a Marruecos)”. ¿O que se creía este extranjero que en España podía ejercer su libre derecho de expresión? Pues no, una cosa es lo que decimos y otra, evidentemente, lo que hacemos.

http://peru.indymedia.org/news/2011/08/46529.php

http://venezuela.indymedia.org/es/2011/08/29401.shtml

http://ecuador.indymedia.org/es/2011/08/36659.shtml