martes, 18 de octubre de 2005

HURACÁN STAN

"El Huracán Stan"

Hace unas semanas el Huracán Catrina arrasó gran parte de estado de Nueva Orleáns en Estados unidos. El mundo entero se movilizó ante la catástrofe. Todos los jefes de gobierno se pusieron manos a la obra, para mandar la ayuda necesaria para los damnificados por el Catrina. No se perdió tiempo, la comunidad internacional reaccionó al unísono. Antes incluso de que lo hiciese el propio gobierno de Estados Unidos, que parecía no tener muy claro si hacer algo o no.

Hace unos días el Huracán Stand arrasó gran parte de Guatemala, El Salvador, Sur y este de México, Nicaragua, Honduras y Costa Rica, comunidades enteras destruidas por el agua, pueblos desaparecidos, ciudades partidas en dos por ríos de lodo y agua, comunidades indígenas de las que ni siquiera se tienen datos, nadie se preocupa por ellos. Cientos de miles de personas desplazadas, miles de hogares destruidos, más de 769 muertos “oficiales”.

Estas personas necesitan ayuda, ahora más que nunca. Países con índices de pobreza no comparables con Estados Unidos. Este es el momento en el que comprobaremos si la comunidad internacional se volcó en ayudar a los afectados por el huracán Catrina por principios morales, o por pleitesía a los “señores de la guerra”.

Diario Granada Hoy 18/10/2005

lunes, 10 de octubre de 2005

NIÑOS

"Niños"


Ayer, mientras caminaba, vi a un niño de unos siete años, tal vez menos, colgado de la puerta de un autobus avisando a la gente que era el autobus para Tlalitax; también vi a una niña, más pequeña aún, cargaba un acordeón con el que apenas podía caminar, cantaba y tocaba para conseguir unas monedas; una niña de apenas tres años corría ilusionada con dos ciruelas que un señor le había regalado para que se las diese a sus papas que sentados en el suelo pedían unas monedas; hable con un niño de ocho años que cargaba un monton de cajas de fruta usadas para arreglarlas y revenderlas (aún no me explico como era capaz de portear esa carga), a lo lejos ví como un niño bolero, limpiaba los zapatos a un señor que leía el periódico. Desde el autobus vi a tres niños, hermanos seguramente, que jugaban con lo único que tenían además de su sucios y roidos harapos, los unos a los otros, mientras su mama vendía chicles en el semaforo. Un niño con la cara pintada como un payaso contabas chistes y chascarrillos mientras el autobus me conducía hacía la realidad. Le oí decir "los papas tienen derecho a trabajar y los niños a jugar". No lo dije yo, lo dijo un niño. Y los niños nunca mienten.

El mundo es injusto, los papas no tienen trabajo y los niños no pueden jugar. Este es el día a día no sólo en lugares como México, sino también en paises tan desarrollados como España. Quien no ha visto a una mama pidiendo unas monedas con su bebe en los brazos, quien no ha visto a unos niños a cargo de sus hermanitos menores porque su papa nos limpia el parabrisas del coche, mientras lo maldecimos por el simple hecho de intentar sacar su familia hacía adelante. El mundo es injusto los papas no tienen trabajo y los niños no pueden jugar.

No es cuestión de caridad sino de justicia. No es fácil cambiar el mundo, pero lo justo sería cambiarlo. ¿Como cambiarlo? Cada uno sabe muy bien lo que tiene que hacer, pero claro, volvemos a lo de siempre es más fácil mirar hacia otro lado, o no terminar de leer esta absurda carta.

El País 10/10/2005

Diario Granada Hoy 10/10/2005