martes, 23 de mayo de 2006

TODOS SOMOS ATENCO

Carta desde México,

Hace unos días México entró a formar parte del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Y todo por méritos propios, bastaría con mencionar las últimas tres buenas acciones llevadas a cabo por el gobierno de este país para merecerse esta notable distinción:

- Represión Policial contra mineros en Lázaro Cárdenas, dos mineros muertos y 41 heridos.
- 65 mineros atrapados en una mina de Coahuila, el gobierno no hace nada por rescatarlos.
- Barbarie y masacre policial en San Salvador Atenco, un niño de 14 años asesinado por un disparo de un policía estatal, más de 200 detenidos de forma ilegal, 5 extranjeros deportados de forma ilegal; así como tortura, maltrato, abuso sexual y violaciones, sobre todos los detenidos y deportados.

No se cuales son los criterios necesarios para entrar a formar parte del
Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, pero que en los países que lo consiguen se respeten los derechos humanos de las personas, creo que no es uno de los requisitos indispensables para obtenerlo.

Lo ocurrido en San Salvador Atenco es difícil de imaginar, y realmente es la gota que colma el vaso en demasiados aspectos. Un país en el que se cometen estas atrocidades no puede ser considerado desarrollado y mucho menos podría entrar a formar parte del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

En el caso de San Salvador Atenco, desde el pasado 20 de abril, en la ciudad de Texcoco, estado de México, granaderos y policías estatales se encontraban inmersos en una confrontación con los vendedores ambulantes de Texcoco y el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). Los vendedores ambulantes se negaban a ser desalojados de las calles de la ciudad, el gobierno municipal sin embargo quería limpiar las calles de gente pobre que afea la ciudad a favor de los grandes centros comerciales y contra la venta ambulante. El FPDT son campesinos que se niegan a que sus tierras sean expropiadas por el gobierno para la construcción de un nuevo aeropuerto. No porque estos campesinos se nieguen a la construcción del aeropuerto, sino porque nadie les quiere vender tierra, por lo que si dejan que les quiten su tierra estarían renunciando a sus costumbres, a sus tradiciones y a su forma de vida. Tal vez la solución para ellos hubiese sido algo tan simple como que el gobierno, en lugar de expropiarles la tierra se las hubiese cambiado por otros terrenos, tierra por tierra, para que ellos pudiesen seguir siendo lo que son “campesinos”.

El pasado 3 de mayo, los gobiernos municipales, estatales y federales, decididos a desquitarse con el FPDT por su incesante rebeldía, enviaron a San Salvador Atenco a la fuerza policial para reprimir a ese pueblo y a su movimiento social. Se produjeron graves enfrentamiento entre la policía y la gente del pueblo. El resultado numerosos heridos (tanto ciudadanos como agentes de “seguridad”), 60 detenidos y un niño de 14 años, Javier Cortes Santiago, de la comunidad de Acuexcomas, perteneciente al municipio de San Salvador Atenco, es asesinado por un disparo de la policía.

La inhumana dureza de la represión policial, así como el asesinato del niño de 14 años por un disparo de la policía motivó a que muchas personas a nivel individual o colectivo decidiesen ir a San Salvador Atenco como observadores y así poder dar a conocer a la opinión pública lo que allí estaba pasando. Puesto que aquí en México ante cualquier tipo de manifestación o actividad en la que el pueblo alce la voz pidiendo justicia social las ordenes literales que recibe la policía de parte del gobierno son muy claras “pegarle a la gente cuando no halla medios de comunicación”. De la misma forma, los medios de comunicación alternativos que cubren la “Otra Campaña” que está realizando el Subcomandante Marcos por todos los estados de México, decidieron dirigirse a San Salvador Atenco para documentar e informar de todas las violaciones de derechos humanos que allí se estaban produciendo.

El jueves 4 de mayo el gobierno federal de Vicente Fox Quesada, el gobierno estatal del estado de México y el gobierno municipal de San Salvador Atenco, mandaron un dispositivo policial de 3.000 efectivos policiales para reprimir a un total de 300 personas incluyendo a periodistas y observadores de derechos humanos.

No tengo palabras para explicar la masacre que se perpetró en San Salvador Atenco el día 4 de junio. Se montó un desmedido dispositivo policial con ordenes muy claras, para aniquilar al movimiento social que existía en San Salvador Atenco. Tres mil policías entrenados para masacrar a todo lo que encontrasen a su paso. Desde las 6.00 de la mañana de ese fatídico 4 de mayo, hora en que las campanas anunciaron que aquel ejercito de policías entraba en el pueblo. La policía inundo el pueblo de gas lacrimógeno, y después fue arrasando con todo lo que fue encontrando a su paso. Las personas eran salvajemente reducidas a golpes, toletazos y patadas. A pesar de tenerlas controladas y reducidas a sus pies seguían pegándoles hasta dejarlas bañadas en su propia sangre. Sólo entonces los arrastraban hasta un camión policial donde amontonaban los cuerpos maltratados y ensangrentados unos sobre otros. No hicieron distinciones, todo aquel que encontraban a su paso corría la misma suerte. Casa por casa fueron sacando a fuerza de salvajes golpes a todo el que encontraban.

Una vez que llenaban los camiones de cuerpos se dirigían al penal de Almoloya en Santiaguito, estado de México. Y aunque parezca imposible fue en estos traslados donde los policías más se ensañaron con estas personas inocentes cuyo único delito fue encontrarse en San Salvador Atenco.

La intención del gobierno al reprimir con esta sin igual dureza y crueldad, es que el pueblo mexicano comprenda que es lo que le pasa a todo aquel que alza la voz y pide justicia. Es un escarmiento para que a nadie se le pase por la cabeza la idea de reclamar sus derechos en este país.

Durante todo el trayecto entre el San Salvador Atenco y el penal la policía no dejó de dar golpes, amenazar y aterrorizar a las personas que allí transportaban. Y como siempre, como en toda sociedad machista (y México lo es, y de que forma), las mujeres son las que se llevaron la peor parte. Los policías quitaron la ropa a las mujeres y empezaron a abusar sexualmente de ellas. Mientras que ellas permanecían con la cabeza tapada con una capucha, los policías las tocaban, pellizcaban y en los peores casos muchas fueron violadas. Pero como todo estaba preparado de antemano, los policías llevaban preservativos para no dejar pruebas (hecho del que algunos miembros superiores de la policía se reían irónicamente al decir “bueno y las violaciones como podéis demostrarlas”), cuando se les acabaron los preservativos empezaron a introducirles objetos. Todo esto a mujeres que habían sido golpeadas, y se encontraban ensangrentadas amontonadas sobre otros cuerpos ensangrentados. Algunas incluso fueron obligadas a practicarle sexo oral a los policías (pueden parecer palabras demasiado malsonantes, sádicas tal vez, pero es que así ocurrieron los hechos).

Al llegar al penal, nadie pudo hablar con sus abogados y no fueron revisados adecuadamente por médicos, sino que directamente fueron encerrados.

Entre estas personas se encontraban los cinco extranjeros detenidos, de los cuales dos eran españolas María Sostres y Cristina Valls, dos chilenos Valentina Palma Novoa y Mario Alberto Aguirre Tomic, y la alemana Samantha Diezman. Además de ser detenidos de forma ilegal, golpeados, aterrorizados y sufrir abusos sexuales, fueron deportados de manera completamente ilegal.

Nunca imaginé que pudiese llegar a escribir palabras tan crueles y malsonantes como las que he escrito, pero a pesar de todo nunca podría transmitir la barbarie y el terror que padecieron estas personas inocentes. Para entender un poco mejor lo que sufrieron estas personas deberían leer el testimonio de la chilena Valentina Palma Novoa, sólo personas como ellas que sufrieron aquellas inhumanas agresiones podrían acercarnos un poco a lo que ella junto con el resto de las victimas sufrieron. El testimonio de Valentina puede encontrarse en Internet o en periódicos como “El Universal” de México, donde se publicó su testimonio el pasado 10 de mayo. Sólo así podrían hacerse una idea de la magnitud de la barbarie cometida por las fuerzas policiales de México. Es difícil imaginar que una persona por si sola sea capaz de actuar de una forma tan calculada, con unos objetivos tan claros para golpear, maltratar, torturar, aterrorizar y violar. Sin embargo todos los efectivos policiales actuaron de la misma forma. Estaban entrenados para ello. Todo estaba calculado con premeditación y alevosía.

En declaraciones de tres policías estatales que aparecían en un video con la cara tapada y la voz distorsionada para no ser reconocidos declararon que las ordenes eran “llevarnos a la gente que pudiéramos, todo lo que se moviese”, también declararon “la orden siempre es tajante cuando vamos en servicios de estos, pegarle a la gente cuando no se encuentren los medios de comunicación. Y en este caso pues la orden fue pegarle a todo lo que se moviese”… “la orden era a todo lo que estaba allí, porque inclusive se detuvo a mucha gente que ni tenia nada que ver, algunas iban a trabajar, algunos estaban en sus bicicletas viendo nada más, también se les subió a los camiones a toda la gente que se encontraba en la calle y a la que sacamos de sus domicilios”… “en algunos domicilios se les apunto a las personas. Las señoras son las que más querían defender a sus esposos y a sus hijos, y en algunos domicilios si hubo disparos” y al referirse al policía estatal que asesino a Javier el niño de 14 años declararon “sacó el arma y disparó”. Las pruebas realizadas han demostrado que el disparo se produjo a menos de 60 centímetros del cuerpo del niño.

Mientras todo esto ocurría los malos medios de comunicación oficiales se encargaron de centrar toda la atención solamente en el preciso momento en el que algunos ciudadanos de San Salvador Atenco se defendían de los policías, imágenes difundidas para justificar la injustificable barbarie cometida.

Un niño de 14 años ha sido asesinado, hay más de 210 detenidos, personas desaparecidas, personas deportadas, personas torturadas y personas violadas. Todo ello llevado a cabo por la policía local, estatal y federal de México. La policía Local responde a la autoridad local de San Salvador Atenco, la policía estatal responde a la autoridad del gobierno del estado de México y la policía federal responde a la autoridad del gobierno presidido por Vicente Fox Quesada. La policía es sólo una herramienta del gobierno. Los culpables sabemos pues quienes son.

En México las cosas funcionan como funcionan (a la vista esta), en España las cosas funcionan de una forma un tanto “peculiar”. Cuando todos los españoles aquí en México esperábamos la contundente respuesta del gobierno español frente a los abusos sufridos por dos ciudadanas españolas por la policía mexicana (pues no estamos hablando de dos turistas que han sido maltratadas, golpeadas, torturadas y violadas por delincuentes en México, sino que estamos hablando de dos españolas que han sido detenidas de forma ilegal, maltratadas, de las que han abusado sexualmente y han sido deportadas de forma ilegal por la “policía mexicana”), pues atónitos, casi sin creérnoslo, pasaron los días y no había respuesta por parte del gobierno español. Varios días después, el 9 de mayo, nos enteramos que según fuentes del ejecutivo español (cito textualmente) “el presidente del gobierno español no excluye que en la cuarta cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe, que se celebra en Viena, abordar con el mandatario mexicano, las torturas y vejaciones que sufrieron dos ciudadanas en San Salvador Atenco el pasado 3 de mayo” … “el encuentro bilateral entre Fox y Rodríguez Zapatero será breve –de una hora- y se centrara en las relaciones entre España y México”. Cuestión de prioridades, para esto sencillamente no tengo palabras.

Llevo en México desde septiembre del pasado año trabajando como voluntario con niños en situación de calle, ahora se que si la policía mexicana me detiene, me tortura y deporta sin motivo alguno, pues el gobierno de mi país no hará absolutamente nada al respecto. Ahora me siento mucho más tranquilo.

Culpables son todos aquellos que observan pasivamente sin hacer nada al respecto. Cuando existen países como este en los que no se respetan los derechos humanos de las personas. La obligación de los demás países es presionar para que estos países empiecen a respetar los derechos fundamentales de las personas, y no fomentar las relaciones con esos países. Bueno ese es mi modesto punto de vista.

A pesar de todo, al alzar la vista descubres que aunque a los que les corresponde hacer algo al respecto no lo hacen (porque al fin y al cabo todos los gobiernos acaban demostrando que son iguales), pues descubres que el pueblo es el pueblo. Y son ellos los que luchan y están ahí para defender y apoyar a sus ciudadanos. Desde el mismo día en el que fueron detenidos de forma ilegal estas inocentes personas se estableció un plantón frente al penal en el que se encuentran recluidos. En el que personas individuales, familiares, amigos y organizaciones permanecen y permanecerán hasta que salga el último preso político de San Salvador Atenco. Ha habido actos de solidaridad en 22 países de todo el mundo con los presos políticos de San Salvador Atenco. Los propios presos se han declarado en huelga de hambre. Es tarea de todos aportar nuestro granito de arena, no sólo para que los culpables paguen por lo que hicieron y se haga justicia, sino para que nunca más se repita en ningún punto de este planeta lo que sucedió en San Salvador Atenco. Alza tu voz para que la voz del pueblo rompa los muros que injustamente roban la libertad a los presos políticos. ¡Libertad para los presos políticos de San Salvador Atenco! Que aparezcan los desaparecidos, vivos se los llevaron y vivos los queremos.

Centro de Medios Independientes ((i)) 23/05/2006 http://www.indymedia.org/en/2006/05/839848.shtml
Argenpress.info, Buenos Aires 25/05/2006 http://www.argenpress.info/nota.asp?num=030671


Periodico CNT (Julio 2006)



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